jueves, 22 de enero de 2015

De turismo por Dubai

ALMUDENA GARCI-MARTÍN PASCUAL

Holaaa!

Hace bastantes días que no encontraba un rato para sentarme en el ordenador y contaros nuestros últimos movimientos, que por cierto han sido muuchos!!
Antes de volar mañana a una isla de China, en concreto a una de sus ciudades llamada Sanya, en la que estaremos algo más de dos semanas con motivo de la cuarta parada de la VOR y desde donde el acceso público a internet parece que estará algo bloqueado (por lo visto la red está vigilada y censurada por diferentes departamentos estatales), voy a aprovechar nuestro último día en Hong Kong para actualizar un poco el blog.
Durante los últimos  veinte días hemos estado de vacaciones, aprovechando el tiempo que los VO65 necesitan para llegar desde a Abu Dhabi hasta Sanya. Al diseñar nuestra ruta de vuelta al mundo, pensamos que los mejores destinos para invertir estos días eran Japón, donde hemos pasado la mayoría de ellos y Hong Kong por su cercanía a Sanya y porque al hacer pasar la ruta por este aeropuerto principal disminuíamos el número de tramos consumidos del Round the World  ticket.
Pero antes de contaros en detalle nuestro viaje, me quedó pendiente un post sobre Dubai con el que cerrar el casi mes que pasamos en Abu Dhabi.

Dubai es del mismo estilo que Abu Dhabi: muchos rascacielos y centros comerciales enormes, hoteles tiendas y restaurantes de lujo, cochazos etc. Sin embargo, desde mi punto de vista tiene más atracciones turísticas interesantes como pueden ser los edificios Burj Khalifa y Burj al Arab (Burj en árabe significa torre), el show de fuentes que hay cada día a partir de las 18:00 en la base del Burj Khalifa, el monoraíl que recorre la famosa Palm Jumeirah desde el hotel Atlantis, o el mall más grande del mundo conocido como Dubai Mall.

Estando alojados en Abu Dhabi, la opción más cómoda para ir a Dubai es alquilarse un coche. El alquiler del coche y la gasolina son una baratija (quizá la única de este país!) y el camino es básicamente una hora a lo largo de una carretera de 6-7 carriles en línea recta que conecta las dos principales ciudades de los Emiratos. Aparcar tampoco suele ser problema, ya que puedes aprovechar el parking (por lo general gratuito) de alguno de los malls y si luego te tienes que desplazar siempre puedes coger taxi que también es barato.

En concreto, nosotros fuimos y volvimos desde Abu Dhabi a Dubai un par de días. El primero fuimos con mi amiga Tania y una amiga suya polaca que había venido de visita y empezamos nuestro recorrido por el trayecto en monoraíl que recorre el tronco de la Jumeirah Palm. Fuimos en coche hasta el final de la palmera, donde aparcamos cerca del hotel Atlantis y en la parada que hay justo al lado compramos los tickets y nos subimos.








La verdad es que yo me esperaba bastante más, es cierto que en algunos momentos puedes adivinar la silueta de la palmera pero hay tantas zonas en fase de construcción que no se disfruta especialmente. Me imagino que en 5-10 años será bastante más espectacular. Con los millones que se deben estar invirtiendo en esta isla artificial...más les vale!

En la última parada (solo hay dos porque el resto del trayecto todavía no se ha terminado), nos bajamos y cogimos un taxi hacia el zoco conocido como Souk Madinat Jumeirah . En Dubai hay muchos zocos: el del oro, el de perfumes, el textil; depende de lo que te interese puedes decantarte por visitar uno, u otro.
En este espacio encontramos un montón de tiendas con objetos tradicionales como pashminas, dátiles, utensilios para servir té o fumar una shisha, abayas tradicionales etc. La construcción intenta asemejarse a un antiguo mercado con fortificaciones alrededor y canales de agua en medio por las que puedes dar un paseo en una embarcación tradicional tipo góndola veneciana.







Nosotros nos dimos un paseo cotilleando todos los puestos y nos quedamos allí a comer. Este zoco no es tan moderno como el de Abu Dhabi de Norman Foster del que os hablé hace un par de posts, pero no deja de tener un Starbucks en su interior...así que es mejor no ir esperando otra cosa con más solera. Aún así, es agradable y se pueden encontrar cosillas interesantes.

Desde aquí hicimos el camino inverso hasta el coche y pusimos rumbo al Dubai Mall donde aparcamos (su parking es gratuíto por tiempo ilimitado).

El Dubai Mall es el centro comercial más grande del mundo, no nos entretuvimos demasiado (lo dejamos para nuestro segundo día en Dubai) y nos fuimos directos a la salida que da a una plaza desde la que se ve el edificio más alto del mundo: el Burj Khalifa.
No hay mejor manera de describirlo que altiiisiiiimooooo!!!!!!!! 828 metros de altura que lo convierten en la estructura más alta construida nunca por el ser humano. Da vértigo pensar en las personas que estuvieron involucradas en su construcción, e impresiona bastante verlo desde abajo.
Este edificio, junto con las fuentes con los chorros más altos del mundo que hay en su base y el Dubai Mall, ubicados todos en el barrio Downtown Burj Dubai, forman parte de un gran proyecto que busca situar a Dubai como punto turístico de referencia a nivel mundial en cuanto a lujo.

Las entradas para subir se pueden comprar online a través de esta página web http://www.burjkhalifa.ae/en, y aunque la cola para subir fue bastante más larga de lo deseable, tanto la subida en ascensor como las vistas desde el piso 124 fueron muy molonas. Empleamos en esto casi toda la tarde.






El segundo día llegamos a Dubai hacia mediodía, y nos fuimos directos al Dubai Mall en el que esta vez si comprobamos de primera mano que es gigantesco! Estuvimos casi 4horas paseando y nos recorrimos solo la primera planta. Hay incluso una especie de taxi que puedes coger para moverte por el interior, imaginaos!
Es digno de visitar, porque no dejas de alucinar con todo lo que puede haber dentro.



No os vayáis a creer que entramos en cada tienda o que nos entretuvimos comprando.  Sólo paramos para hacer un break y merendar en la cafetería Angelina que por cierto estaba de vicio!

A las 18:00 nos dirigimos a ver el espectáculo de fuentes que hay en la base del Burj Khalifa que habíamos visitado el día anterior. Dura solo unos minutos pero los chorros bailan al son de la música y las luces de una forma preciosa. Se repite cada media hora y se puede ver las veces que uno quiera.






 
Tras esta parada y para poner el broche de oro a Dubai, nos dirigimos al otro edificio emblemático de la ciudad, el Burj al Arab. Este hotel es conocido por estar en mitad del mar sobre una isla artificial y tener forma de vela; seguro que muchos lo recordareis por el anuncio en el que Federer y Agassi jugaban un partido de tenis en lo que habitualmente es su helipuerto, en la punta más alta del edificio.

Al Burj al Arab solo se puede entrar si estas alojado en una de sus suites o si reservas en uno de sus restaurantes. Nosotros decidimos ir a tomar algo en el Skyview bar que hay en su interior. Sin duda fue un acierto, ya no tanto por la calidad de lo que tomamos sino por poder descubrir cómo es por dentro el edificio y disfrutar de lo agradable del bar con toque futurista, vistas hacia el mar y música en directo.





 
Con este cortito post quería contaros en cuatro pinceladas lo esencial de Dubai, porque a partir del próximo tengo muchísimo y muy interesante que contaros sobre Japón. Os adelanto es otro mundo muy diferente al de los Emiratos, con una antigua y arraigada cultura. El sitio al que yo le recomendaría viajar a un buen amigo! (me temo que no diré lo mismo de Hong Kong!).

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